TOMO XVII
ESTE TOMO CONTIENE LAS SIGUIENTES OBRAS
Los parientes pobres
1) La prima Bette.
EL PADRE PRÓDIGO
A mediados del mes de julio del año 1838, uno de esos coches puestos
recientemente en circulación por las plazas de París y que reciben el
nombre milords recorría la calle de la Université, llevando a un hombre
grueso de mediana estatura, que vestía uniforme de capitán de la guardia
nacional.
Entre el número de esos parisienses a los que se acusa de ser tan agudos,
hay algunos que se encuentran infinitamente mejor yendo de uniforme que
con sus ropas ordinarias, y que suponen en las mujeres unos gustos lo
bastante depravados para imaginar que se dejarán impresionar
favorablemente por el aspecto de un gorro peludo y por los arreos militares.
La fisonomía de aquel capitán, perteneciente a la segunda legión,
respiraba un contento de sí mismo que hacía resplandecer su tez rubicunda
y su cara discretamente mofletuda. Por la aureola que la riqueza adquirida
en el comercio pone sobre la frente de los tenderos retirados, se adivinaba a
uno de los elegidos de París, que por lo menos había sido antiguo teniente
de alcalde de su distrito. Tampoco crea el lector que faltaba la cintita de la
Legión de Honor en el pecho, abombado con arrogancia prusiana.
Retrepado altivamente en un ángulo del milord, aquel hombre condecorado
dejaba errar su mirada sobre los viandantes, que, en París, suelen recoger de
este modo agradables sonrisas dirigidas a bellos ausentes.
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