Año 1810. En Portugal las fuerzas inglesas al mando del general
Wellington se preparan para el nuevo intento de invasión por parte del
ejercito francés. Aunque los portugueses son aliados de los ingleses, el
descontento entre el pueblo y parte de la clase dirigente del país, sobre
todo por la política de «tierra quemada» de Wellington, va aumentando y
se producen numerosos incidentes. El ultimo lo protagoniza el capitán
Richard Butler que, en estado de embriaguez, asalta un convento de
monjas por error produciendo este acto varios muertos entre sus
hombres y los vecinos del pueblo que salieron en defensa de las
religiosas. Los portugueses exigen que el capitán, que se encuentra
desaparecido, sea fusilado cuando lo encuentren. Esta medida la tiene
que tomar muy a su pesar el ayudante de Wellington, Sir Terence O’Moy,
ya que el capitán es su cuñado. Cuando días después aparece el fugado
en la residencia de O’Moy, la esposa de este ultimo, y hermana de
Butler, logra esconderlo en su habitación sabiendo que si su marido lo
encuentra no tendrá más remedio que cumplir con su deber y la promesa
hecha a los portugueses. Lo que no sabe Lady O’Moy es que su
bienintencionado acto dará lugar a una serie de equívocos que podrán
tener terribles consecuencias…