Esta novela corta de formato epistolar fue publicada en Lima, en cinco
entregas de la revista La Ilustración Peruana, entre abril y mayo de 1911.
La ciudad muerta tiene una fuerte influencia del modernismo y el
decadentismo, corrientes entonces en boga. Es particularmente notoria
la huella de Gabriele D’Annunzio (el título fue tomado de una tragedia
suya publicada en 1898).
Pese a su atmósfera irreal y fantasmagórica, el crítico Luis Alberto
Sánchez señala: «Lo más importante del caso Valdelomar consiste,
empero, en su sensibilidad, fantasía y adjetivación. Esta última se alza
contra el epíteto y prefiere la pluralidad asediante a la certera unicidad.
En cuanto a lo primero, se pone de manifiesto una impresionante
capacidad plástica. En cuanto a lo segundo, a la fantasía, hay en ella
algo que me atrevería a calificar de adorable ingenuidad
estética» (Valdelomar o la Belle Époque, 1968).
La ciudad muerta
$3.990
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